San Félix de Valois. |
1. Intento de biografía de san Félix de Valois
Antes de san Juan de Mata, una vida misteriosa. Antes del encuentro con san Juan de Mata, en Cerfroid, nada se sabe con certeza de la vida de san Felix de Valois, solo crónicas tardías (siglos XVII y XVIII) basadas muchas veces en una devoción filial, narran con tintes hagiográficos algunas leyendas relativas a su vida y obra. Algunas de estas narraciones lo quieren descendiente de la dinastía real de los Valois, deja todo y se hace discípulo de san Bernardo de Claraval, con el nombre de Hugo en la Orden Cisterciense, no sintiéndose completamente a gusto busca una vida más austera y termina como ermitaño en el bosque de Cerfroid, a donde llegarían muchos seguidores del santo a formar una "comunidad" de eremitas.
El encuentro con san Juan de Mata. Una vez que san Juan de Mata, hubo la experiencia divina en su primera misa en París, dejó la cátedra de la universidad y se retiró a un desierto llamado Cerfroid (diócesis de Meaux), donde se encontró con un grupo de ermitaños, encabezados por Felix. A ellos les comunicó el deseo de fundar una obra dedicada a la redención de cristianos cautivos a causa de su fe. Ellos fueron los primeros trinitarios y seguramente Felix, aconsejaría a Juan el estilo de vida de carácter "semicontemplantivo" de los primeros trinitarios. En la Secuencia del siglo XIII, sobre el origen de la Orden de la Santa Trinidad y de los cautivos, se dice que dos de estos ermitaños (la tradición quiere en ellos a Juan y Felix) van a Roma con la intención de adquirir del papa la aprobación de la Orden.
San Félix de Valois. Monasterio de las Trinitarias de Lope de Vega. Madrid - España. |
La tradición coloca su muerte para el 1212 estando presente como Ministro en la casa de la Trinidad de Cerfroid. Allí fue sepultado. Su culto, junto al de san Juan de Mata, fue reconocido el 21 de octubre de 1666, según la forma que se conoce como canonización equivalente.
2. Un recorrido histórico
El vacío que dejan los pocos documentos que nos ofrece la Orden en sus primeros tres siglos de historia hacen un poco difícil la reflexión sobre los orígenes de la misma. Analicemos un poco los más importantes para intentar dar una respuesta:
Lo que dicen los documentos más antiguos
La bula Cum a Nobis del papa Inocencio III (16 de mayo de 1198), dirigida a a los amados hijos Juan y a los demás hermanos de la casa de la Santa Trinidad de Cerfroid. Esto es importante porque el papa ve en ellos Juan y los hermanos de Cerfroid un conjunto, no solo una persona, además añade accediendo de buen grado a vuestras súplicas, acogemos vuestras personas con todos los bienes tanto eclesiásticos como seculares, bajo la protección del bienaventurado Pedro y la nuestra.
En la bula de aprobación Operante divine dispositionis del mismo papa (17 diciembre 1198) dirigida a los amados hijos, Juan, Ministro y a los hermanos de la Santa Trinidad, dice luego en singular que había sido Juan quien hace algún tiempo viniste a nuestra presencia y pusiste interés en manifestarnos humildemente tu proyecto, lo que parece dejar claro que la obra de fundación es solo idea única de Juan de Mata, tal como aparece en el epitafio marmóreo de la tumba de éste (1213). Sin embargo en la carta dirigida al rey de Marruecos (Inter Opera Misericordie, del 8 de marzo de 1199), dice que unos hombres, entre los que se encuentran los redentores portadores de la carta divinamente inspirados, han fundado hace poco una Regla y una Orden.
Un canónigo de la Iglesia de San Martín de Tours en 1225 coloca en manos de Inocencio III la institución de la Orden, mientras que en la crónica de Alberico, monje cisterciense hacia 1244, escribe que en el primer año del pontificado de Inocencio III surgió la Orden Trinitaria por obra del maestro Juan de Francia, cooperando el papa con él.
El primer relato trinitario sobre la fundación de la Orden (1250 ca) dice que entre el obispo de París, el abad de San Víctor y san Juan de Mata, escribieron la Regla, y solo hace mención de cuatro ermitaños que el fundador se encontró cuando se dirigía hacia Roma, a pedir la aprobación de la Regla, dichos ermitaños se alegraron de tal noticia y le prometieron que si llevaba a buen término el asunto de la Orden, pondrían a disposición de Dios y de la Orden sus personas y sus bienes. Pero la Secuencia o relato en verso sobre el origen de la Orden (ca del 1250 también) habla de dos ermitaños que se dirigen a Roma a pedir una regla según la cual a vivir. El documento no nos ofrece los nombres de dichos ermitaños.
Dos santos fundadores a partir de finales del siglo XV
Robert Gaguin, Ministro General de la Orden (1473-1501), escribió hacia el siglo XV un documento en el que resalta que bajo Inocencio III, pontífice romano, surgió la Orden de los Hermanos de la Santa Trinidad, fundada por san Juan de Mata y Félix el anacoreta. A parte de ser el primero que da los nombres con los que conocemos a los dos santos, en el intento de hacer una historia de la Orden, influenciará a algunos religiosos de la misma el deseo de saber más sobre su historia.
Para san Juan Bautista de la Concepción no hay dudas de que la Orden y su Reforma son obra de Dios: Esta es Religión de la Santísima Trinidad y por Padre y Fundador tenemos al mismo Dios, sin embargo reconoce en los Santos Patriarcas san Juan y san Félix,[los] primeros fundadores. De ahí que para los trinitarios descalzos, a lo largo de su historia, han reconocido siempre a Juan de Mata y Félix de Valois como sus fundadores originales, aunque vieran en el Reformador el fundador de la descalcez.
A partir de finales del siglo XV la historiografía trinitaria no ha restado valor a Félix de Valois como fundador, junto con san Juan de Mata, de la Orden de la Santísima Trinidad y de los cautivos, de hecho el boom del arte de la Orden entre los siglos XVII y XIX así lo quiere, en las didascalías (letras pequeñas debajo de las pinturas que dan una explicación de lo representado) casi siempre se le da el título de fundador. Es posible que esto se deba a los intentos de los trinitarios, tanto calzados como descalzos, de demostrar el culto inmemorial que tenían los dos santos fundadores de la Orden. Las dos figuras de Juan y Félix en la literatura y el arte de esos siglos no las entiende separadas, una es complemento de la otra.
Varios colaboradores o cofundadores, entre ellos destaca Félix de Valois
No queda clara la diferencia entre cofundador y colaborador. La historiografía trinitaria actual se enfrenta con dos posiciones claramente definidas: la de aquellos que dicen que dar a Félix el título de cofundador, sería colocarlo al mismo nivel de Juan de Mata y que como mucho se le puede dar el papel de colaborador, en esta posición encontramos a fr. Germán Llona O.SS.T. y fr. Juan Pujana O.SS.T.
Bernardo Fratini e Ignacio Vizcargüénaga O.SS.T, representan la postura de aquellos que dicen que el título de cofundador no disminuye en nada el papel principal que juega Juan de Mata como aquel que tuvo la inspiración divida e ideó la forma de llevarla a cabo, para ello, había necesitado la ayuda de otros, un grupo que puso a disposición del nuevo proyecto, sus bienes y sus vidas, los cuatro ermitaños quizás, entre los que se encontraba Félix, e incluso los estudiantes y colegas de la universidad.
Viscargüenaga dice que Es evidente que el rol de Juan de Mata es único, sólo él ha tenido la inspiración original. En ese sentido, fundador es sólo él y no debe ser equiparado a ningún otro. Pero también la función de sus colegas y discípulos en la primera comunidad trinitaria es en cierto modo constituyente y única, pues sólo por medio de ellos la inspiración del fundador, el ideal de Juan de Mata, que es esencialmente comunitario, ha podido cobrar concreción y forma histórica. Señala además que entre estos especiales colaboradores o cofundadores en la forma explicada Félix, uno de los cuatro ermitaños del relato anónimo, tiene una intervención privilegiada al lado de Juan y de hecho así es como lo ha resaltado la tradición de la Orden. El actual calendario litúrgico de la Orden da a Félix de Valois el doble título de Cofundador y colaborador principal de san Juan de Mata en la fundación de la Orden.
BIBLIOGRAFÍA
AURRECOECHEA, Luis y MOLDÓN, Antonio, Fuentes históricas de la Orden Trinitaria (s. XII - XV), Córdoba 2003.
DIEGO DE LA MADRE DE DIOS, Crónica de los Descalzos de la SS. Trinidad, Madrid 1652.
FRATINI, Bernardo, San Felice de Valois nella tradizione dell'Ordine Trinitario, Roma 1998.
PUJANA, Juan, Juan de Mata y Félix de Valois, fundadores, según el Santo Reformador, en: Trinitarium 7 (1998), pp. 69 - 99.
PUJANA, Juan, La Orden de la Santísima Trinidad, Salamanca 1993.
VIZCARGÜENAGA, ARRIORTÚA, Ignacio, Carisma y misión de la Orden Trinitaria, Salamanca 2011.
La bula Cum a Nobis del papa Inocencio III (16 de mayo de 1198), dirigida a a los amados hijos Juan y a los demás hermanos de la casa de la Santa Trinidad de Cerfroid. Esto es importante porque el papa ve en ellos Juan y los hermanos de Cerfroid un conjunto, no solo una persona, además añade accediendo de buen grado a vuestras súplicas, acogemos vuestras personas con todos los bienes tanto eclesiásticos como seculares, bajo la protección del bienaventurado Pedro y la nuestra.
En la bula de aprobación Operante divine dispositionis del mismo papa (17 diciembre 1198) dirigida a los amados hijos, Juan, Ministro y a los hermanos de la Santa Trinidad, dice luego en singular que había sido Juan quien hace algún tiempo viniste a nuestra presencia y pusiste interés en manifestarnos humildemente tu proyecto, lo que parece dejar claro que la obra de fundación es solo idea única de Juan de Mata, tal como aparece en el epitafio marmóreo de la tumba de éste (1213). Sin embargo en la carta dirigida al rey de Marruecos (Inter Opera Misericordie, del 8 de marzo de 1199), dice que unos hombres, entre los que se encuentran los redentores portadores de la carta divinamente inspirados, han fundado hace poco una Regla y una Orden.
Un canónigo de la Iglesia de San Martín de Tours en 1225 coloca en manos de Inocencio III la institución de la Orden, mientras que en la crónica de Alberico, monje cisterciense hacia 1244, escribe que en el primer año del pontificado de Inocencio III surgió la Orden Trinitaria por obra del maestro Juan de Francia, cooperando el papa con él.
El primer relato trinitario sobre la fundación de la Orden (1250 ca) dice que entre el obispo de París, el abad de San Víctor y san Juan de Mata, escribieron la Regla, y solo hace mención de cuatro ermitaños que el fundador se encontró cuando se dirigía hacia Roma, a pedir la aprobación de la Regla, dichos ermitaños se alegraron de tal noticia y le prometieron que si llevaba a buen término el asunto de la Orden, pondrían a disposición de Dios y de la Orden sus personas y sus bienes. Pero la Secuencia o relato en verso sobre el origen de la Orden (ca del 1250 también) habla de dos ermitaños que se dirigen a Roma a pedir una regla según la cual a vivir. El documento no nos ofrece los nombres de dichos ermitaños.
San Juan de Mata y san Félix como fundadores. |
Robert Gaguin, Ministro General de la Orden (1473-1501), escribió hacia el siglo XV un documento en el que resalta que bajo Inocencio III, pontífice romano, surgió la Orden de los Hermanos de la Santa Trinidad, fundada por san Juan de Mata y Félix el anacoreta. A parte de ser el primero que da los nombres con los que conocemos a los dos santos, en el intento de hacer una historia de la Orden, influenciará a algunos religiosos de la misma el deseo de saber más sobre su historia.
Para san Juan Bautista de la Concepción no hay dudas de que la Orden y su Reforma son obra de Dios: Esta es Religión de la Santísima Trinidad y por Padre y Fundador tenemos al mismo Dios, sin embargo reconoce en los Santos Patriarcas san Juan y san Félix,[los] primeros fundadores. De ahí que para los trinitarios descalzos, a lo largo de su historia, han reconocido siempre a Juan de Mata y Félix de Valois como sus fundadores originales, aunque vieran en el Reformador el fundador de la descalcez.
A partir de finales del siglo XV la historiografía trinitaria no ha restado valor a Félix de Valois como fundador, junto con san Juan de Mata, de la Orden de la Santísima Trinidad y de los cautivos, de hecho el boom del arte de la Orden entre los siglos XVII y XIX así lo quiere, en las didascalías (letras pequeñas debajo de las pinturas que dan una explicación de lo representado) casi siempre se le da el título de fundador. Es posible que esto se deba a los intentos de los trinitarios, tanto calzados como descalzos, de demostrar el culto inmemorial que tenían los dos santos fundadores de la Orden. Las dos figuras de Juan y Félix en la literatura y el arte de esos siglos no las entiende separadas, una es complemento de la otra.
3. Félix de Valois: ¿Fundador, cofundador o colaborador?
Un solo fundador de la Orden Trinitaria: Juan de Mata
Como hemos visto, durante los últimos cuatro siglos, se ha llamado también a Félix "fundador" de la Orden la Santísima Trinidad y de los Cautivos. Sin embargo en los orígenes de la Orden la tendencia es llamar institutor (o fundador) solo al hermano Juan y así lo determinó el Capítulo general de 1969. El número 1 de las actuales constituciones (1983) se dice que La Orden de la Santísima Trinidad es una familia religiosa fundada por San Juan de Mata con Regla propia.
Un solo fundador de la Orden Trinitaria: Juan de Mata
Como hemos visto, durante los últimos cuatro siglos, se ha llamado también a Félix "fundador" de la Orden la Santísima Trinidad y de los Cautivos. Sin embargo en los orígenes de la Orden la tendencia es llamar institutor (o fundador) solo al hermano Juan y así lo determinó el Capítulo general de 1969. El número 1 de las actuales constituciones (1983) se dice que La Orden de la Santísima Trinidad es una familia religiosa fundada por San Juan de Mata con Regla propia.
San Félix con la primera comunidad. |
No queda clara la diferencia entre cofundador y colaborador. La historiografía trinitaria actual se enfrenta con dos posiciones claramente definidas: la de aquellos que dicen que dar a Félix el título de cofundador, sería colocarlo al mismo nivel de Juan de Mata y que como mucho se le puede dar el papel de colaborador, en esta posición encontramos a fr. Germán Llona O.SS.T. y fr. Juan Pujana O.SS.T.
Bernardo Fratini e Ignacio Vizcargüénaga O.SS.T, representan la postura de aquellos que dicen que el título de cofundador no disminuye en nada el papel principal que juega Juan de Mata como aquel que tuvo la inspiración divida e ideó la forma de llevarla a cabo, para ello, había necesitado la ayuda de otros, un grupo que puso a disposición del nuevo proyecto, sus bienes y sus vidas, los cuatro ermitaños quizás, entre los que se encontraba Félix, e incluso los estudiantes y colegas de la universidad.
Viscargüenaga dice que Es evidente que el rol de Juan de Mata es único, sólo él ha tenido la inspiración original. En ese sentido, fundador es sólo él y no debe ser equiparado a ningún otro. Pero también la función de sus colegas y discípulos en la primera comunidad trinitaria es en cierto modo constituyente y única, pues sólo por medio de ellos la inspiración del fundador, el ideal de Juan de Mata, que es esencialmente comunitario, ha podido cobrar concreción y forma histórica. Señala además que entre estos especiales colaboradores o cofundadores en la forma explicada Félix, uno de los cuatro ermitaños del relato anónimo, tiene una intervención privilegiada al lado de Juan y de hecho así es como lo ha resaltado la tradición de la Orden. El actual calendario litúrgico de la Orden da a Félix de Valois el doble título de Cofundador y colaborador principal de san Juan de Mata en la fundación de la Orden.
BIBLIOGRAFÍA
AURRECOECHEA, Luis y MOLDÓN, Antonio, Fuentes históricas de la Orden Trinitaria (s. XII - XV), Córdoba 2003.
DIEGO DE LA MADRE DE DIOS, Crónica de los Descalzos de la SS. Trinidad, Madrid 1652.
FRATINI, Bernardo, San Felice de Valois nella tradizione dell'Ordine Trinitario, Roma 1998.
PUJANA, Juan, Juan de Mata y Félix de Valois, fundadores, según el Santo Reformador, en: Trinitarium 7 (1998), pp. 69 - 99.
PUJANA, Juan, La Orden de la Santísima Trinidad, Salamanca 1993.
VIZCARGÜENAGA, ARRIORTÚA, Ignacio, Carisma y misión de la Orden Trinitaria, Salamanca 2011.